En enero de 2020, la élite mundial tardó 50 años en poner el cambio climático en el centro de atención del Foro Económico Mundial, una reunión anual en Davos, Suiza, diseñada para planificar el futuro y resolver problemas relacionados con el planeta. Este año, con el escenario final de la agenda para el aumento de las temperaturas y la disminución de las emisiones, parece que casi nadie puede dejar de hablar de ello.